Casares ha acogido este fin de semana del 25 y 26 de octubre de 2019 las III Jornadas de las Recoveras que pretenden recuperar la memoria de muchas mujeres de la posguerra, en su mayoría madres de familia, viudas o esposas de represaliados del franquismo, que para sobrevivir se vieron obligadas a practicar un contrabando de productos de escaso valor entre Casares y la frontera con Gibraltar, donde acudían caminando de noche, cargadas con productos de la tierra que vendían o cambiaban por tabaco, chocolate, café, azúcar, medias o penicilina, que escaseaban en aquella época.
La III Ruta de las Recoveras ha contado con 81 participantes, de los cuales 18 son de Casares, 14 de El Secadero, 25 de localidades de la Costa del Sol, 20 del Campo de Gibraltar y el resto de la comarca de la Axarquía.
En esta ocasión, los 50 km de recorrido tenían una dureza adicional ya que se han realizado desde Gibraltar a Casares, divididos en tres tramos: de Gibraltar hasta San Roque, de San Roque a El Secadero, y de El Secadero a Casares.
La parte divulgativa de esta tercera edición ha corrido a cargo del periodista e investigador, Juan José Tellez, que ofrecerá la conferencia «Recoveras, matuteras y otras supervivientes de la posguerra española». La ponencia estuvo precedida de la exposición de los resultados del taller «El legado de las Recoveras», realizado por el alumnado de 5º y 6º del CEIP Blas Infante durante la mañana del viernes 25.
Recoveras, Matuteras y otras supervivientes de la Guerra Civil
El periodista y escritor Juan José Téllez ha analizado en estas jornadas el papel que tuvieron las mujeres matuteras y estraperlistas de la Serranía de Ronda durante la posguerra española: Cuando hablamos de la Memoria Histórica también hace falta poner en valor estos episodios escurecidos y reivindicar a estas heroínas. Está muy bien que en Casares esta recuperación de la memoria ensalce el papel de la mujer.
Téllez tiene una relación muy personal con las recoveras porque su abuela fue una de ellas. Vivía en Jimera de Líbar y desde allí andaba hasta Gibraltar, donde compraba los productos que escaseaban en la Serranía de Ronda para sacar a su familia adelante durante los duros años de la posguerra.
En Casares a estas mujeres que se las llamaba recoveras, en un eufemismo que intenta ocultar su actividad, el contrabando. En otras zonas de la Serranía de Ronda también eran conocidas como estraperlistas, aunque el nombre más generalizado es matutera, un término derivado de matute haciendo referencia al mercadeo clandestino.
La supervivencia se convirtió más que en un arte en una obligación cotidiana. Fueron mujeres las que tiraron de las familias en unos tiempos muy difíciles y creo que les debemos un homenaje a todas esas supervivientes de la posguerra. Celebro que en Casares se esté pagando la deuda con las recoveras, ha comentado el periodista.