Castillo de Casares

Castillo de Casares. I: su origen medieval

Casares se ubica al sur de Sierra Crestellina, sobre una peña rocosa de 427 metros sobre el nivel del mar, entre los arroyos de las Piletas y Albarrá. Estos condicionantes orográficos hacen de esta villa-fortaleza un bastión defensivo natural. La historia de la población se genera a partir de esta fortaleza ubicada en la zona amesetada de la parte más alta de la peña, la planá, adaptando su trazado a los límites del pronunciado tajo por el sur y el oeste, y desarrolla su caserío extramuros por la ladera oriental.

La planta de la zona defensiva construida sobre la planá presenta forma de polígono irregular, con un perímetro de 550 metros y 1,25 hectáreas de superficie.

En el interior de la zona amurallada se encuentran la antigua iglesia de la Encarnación (siglo XVI), probablemente edificada sobre una antigua mezquita, reconvertida hoy en el Centro Cultural Blas Infante, la ermita de la Veracruz y el cementerio.

Puerta del Arrabal (Castillo de Casares)

Citas en las fuentes escritas

Sobre fundación de Casares nada transmiten las fuentes escritas y no se conocen hasta el momento vestigios arqueológicos. Aunque existen hipótesis que relacionan a Casares con lugares citados por Ibn Hayyan (año 914), Abū l-Jayr al-Išbīlī (principios del siglo XII) o Ibn Abi Zar (año 1294), habitualmente se considera que es Ibn al Jatib (siglo XIV) quien hace la primera mención a Casares, incluyéndola entre los pueblos que existían en el reino nazarí de Granada, citándola como Hisn Casxara o Caxara. En cualquier caso, sí parece que es a finales del siglo XIII cuando, bajo el protectorado meriní con capital en Algeciras, Casares adquiere un papel singular entre las fortalezas existentes en la Costa del Sol occidental.

Se desconocen los detalles de su devenir histórico, si bien consta que en 1361 se produce el pacto de Casares, en la población o junto a ella, por el que Pedro I sella una alianza con el derrocado Mohamed V de Granada, con el fin de ayudarle a recuperar el trono de su reino.

Croquis de Casares en el Catastro de la Ensenada (1752)
Croquis de Casares en el Catastro de la Ensenada (1752)

Edad Moderna

Los últimos momentos de la Edad Media se presentan con frecuentes incursiones castellanas en estas tierras situadas al este del río Guadiaro, bajo el dominio nazarí, desde la segunda mitad del siglo XV. Será tras la conquista de Ronda por Fernando el Católico, el 22 de mayo de 1485, cuando los habitantes de la Serranía, incluidos los de Casares, firman las capitulaciones ofreciéndose como súbditos a la Corona de Castilla para evitar la confrontación, con la condición de que se respeten su religión, costumbres, lengua y bienes, condiciones que son aceptadas por la Corona.

En documento fechado el 24 de agosto de 1491 los Reyes Católicos venden por diez millones de maravedís a don Rodrigo Ponce de León, duque de Cádiz y conde de Arcos, la villa de Casares, todas sus tierras, con los términos de su jurisdicción civil, con los 306 vasallos, cristianos, judíos y mudéjares, sus habitantes naturales y sus rentas. La venta salda el préstamo que Ponce de León hace a la Corona para sufragar la Guerra de Granada y deja constituido el Condado de Casares, bajo dominio castellano. En 1493 la reina de Castilla Isabel I La Católica nombra a Ponce de León, duque de Arcos, que será el señor de Casares.

Pese al origen andalusí de la fortaleza, gran parte de los restos del castillo corresponden a la época de la Guerra de la Independencia, cuando fue fortificado por las tropas españolas del general Ballesteros lo que, unido a su privilegiada posición geoestratégica, favoreció que Casares no fuese ocupada por el ejército francés.

Fuentes:

Ermita de la Veracruz. Castillo de Casares