Del 27 al 29 de julio pasados ha tenido lugar en Casares su festival flamenco, que este año ha celebrado la sexta edición con un balance muy positivo. Ha sido un buen escaparate de la manifestación de un espíritu flamenco que ha impregnado de forma transversal todas las artes que han estado presentes: la poesía, la escultura y la pintura, la videocreación, la fotografía, los cantes populares, el baile popular y el más vanguardista, el cante clásico, nuevos arreglos para los temas tradicionales, nuevas fusiones para lo clásico, la modernidad y la presentación de un disco dedicado al guitarrista local Javier Pineda «Potajito» y a los fandangueros de Casares. En acertada representación de todo este repertorio artístico, este evento ha pasado a denominarse a partir de este año Festival Flamenco Vivo Rosa Fina de Casares.
Comenzaba esta edición el pasado míercoles 26 de julio con la inauguración de la exposición»Tablao Flamenco», una performance a cargo de Martín Lagares (escultura) y Patricio Hidalgo (pintura), a la que acompañó también la exposición de fotografías de Claudia Ruiz Caro y las video creaciones de Patricio Hidalgo y Calde Ramírez.
El jueves 27 el programa lo integraban el encuentro del fandango y los verdiales en la plaza del Llano, y otro encuentro con el escultor Martín Lagares.
El viernes 28 fue la noche de los aficionados de Casares, acompañados de la guitarra de Javier Pineda «Potajito». Y la jornada del sábado 29 comenzó con un espectáculo de poesía flamenca a cargo de David Eloy Rodríguez y José María Gómez Valero, al que siguiendo «La noche de Rosa Fina» donde se pudo disfrutar del baile de «La Piñona», el cante de Miguel Ortega y Pablo Suárez, y la fusión de Cristian de Moret con videocreaciones de Patricio Hidalgo y Calde Ramírez.
Festival Flamenco Vivo Rosa Fina de Casares
Este festival es un magnífico ejemplo de cómo desde un pueblo se puede hacer una apuesta cultural honesta y de gran calidad, que podría programarse en cualquier capital de provincia, que respeta la tradición y mira al presente y al futuro sin miedo. Es un gran festival que crece impregnado de la visión social, cultural y artística de su principal impulsor, Paco Balbuena, que ha recibido un merecido reconocimiento en estos días por parte de sus compañeros de viaje, los fandangueros de Casares.
Pero el festival no podría entenderse sin el pueblo de Casares como escenario. También debe mucho a la afición de un buen grupo de vecinos y vecinas que han sabido perpetuar los cantes y los bailes, que tienen un señalado relevo en una generación más joven. Y, finalmente, también es deudor del buen hacer de la Escuela Municipal de baile de Juana Mari Gil, y del decidido respaldo económico que ofrece el Ayuntamiento de Casares ¡Larga vida al Festival Flamenco vivo Rosa Fina de Casares!