Casares de las Mujeres

Un proyecto para recuperar el papel de la mujer en Casares a lo largo de la historia

Mujeres de Casares: tiendas
Comercio de proximidad

La historia del comercio local casareño se afianza entre finales del siglo XIX y principios del siglo XX. Por importancia destacaba el comercio de aperos de labranza, de carpintería y ferretería, y las tiendas de tejidos. Las carnicerías también sobresalían, por la carne de chivo y sus excelentes embutidos. En las calles se practicaba la venta ambulante de frutas y verduras de temporada y el pescado fresco. Y por todo el callejero de Casares se distribuían el colmao y las tiendecitas de alimentación.

Estas tiendas estaban regentadas por mujeres y tenían su origen en la autarquía, las matuteras y la recova. En ellas, comprar fiado y pagar poco a poco era moneda de cambio habitual. En la memoria colectiva casareña permanecen en el recuerdo más de una veintena de nombres de mujeres con esta dedicación, que fueron un salvavidas en tiempos de necesidad.

Francisca Muñoz Gil

Nació en Casares el 24 de julio de 1927, día de Santa Cristina, por lo que prefería que la llamarán Cristina. Era hija de María La Vinagra y esposa de Pedro el Botinero. Vivía en la calla Camachas 1, donde también tenía la tienda.

La madre, que fue matutera en los años de la posguerra, abrió una tienda donde vendía ropa y zapatos. Siguiendo esta tradición familiar, Francisca Muñoz -Cristina- abrió su tienda en 1950, vendiendo en ella todo tipo de productos, comestibles, droguería, juguetes, chucherías, además de ser despacho de quinielas y vender también periódicos (primero el Sol de España y luego Diario Sur).

Como mujer emprendedora que fue abrió también un quiosco en la plaza, que tenía que desmontar durante la feria, pues en su lugar emplazaban un puesto de turrón.

Su tienda estuvo abierta hasta aproximadamente los años 2006-2007.

Fe Vicente Sánchez

Conocida como Fe La Sargenta, pues su padre era sargento de la Guardia Civil, aunque también ella tenía un fuerte carácter. Nació en Casares el 23 de enero de 1928. Tuvo una tienda en la calle Molinos 1.

Salió de Casares con 8 años con su madre y algunos familiares cuando estalló la Guerra Civil. Su padre, sargento jubilado de la Guardia Civil, permaneció en Casares preparando a los jóvenes del pueblo para la lucha, lo que le costó la vida. De regreso a Casares, la madre de Fe, Isabel Sánchez Valadez, viuda y con dos hijas a su cuidado, montó una tienda en 1939 para sobrevivir.

Fé pudo asistir de niña al colegio durante algún tiempo, por lo que sabía leer y escribir. Se casó a los 23 años con Antonio Ruiz Vázquez, administrativo del Ayuntamiento de Casares, con quien tuvo dos hijas y tres hijos. Se hizo cargo de la tienda con 32 años, cuando falleció su madre. Quedó viuda a los 39 años, por lo que desde entonces se dedicó en exclusiva a atender la tienda para poder sacar a su familia adelante.

La tienda abría todos los días del año, de 5 de la mañana hasta la noche; en verano incluso cerraban a las once media de la noche, pues vendía helados. Vendía todo tipo de productos, adaptándose a los tiempos y necesidades de cada momento: comestibles, zapatos, juguetes, grano, frutas y verduras, chacinas elaboradas por ella misma; mataba los viernes uno o dos cerdos. Como en todas las tiendas de pueblo y signo de la época, en este comercio se fiaba, es decir, se podía pagar poco a poco.

Fe Vicente sacó a su hija Marifé Ruiz a los 12 años del colegio, para que ayudase en la tienda, quien continuó con esta como tercera generación hasta su cierre, en el año 2012.

Francisca Pascual Pérez

Francisca Pascual Pérez, conocida como Paca Pascual, nació el 31 de mayo de 1931. Sus padres, Ana Pérez Gil y su marido, a quien se conocía en el pueblo como Pascual, carabinero jubilado proveniente de Burgos y destinado a Estepona, gestionaban una tienda en la calle Coperas 6. De las seis hijas que tenía el matrimonio, Paca Pascual era la segunda mayor. La primogénita se casó en 1950 y emigró a Guatemala, donde vivió hasta su muerte, por lo que Paca Pascual creció trabajando en esta tienda donde se vendía de todo y también se hacía matanza de cerdo, elaborando chacinas y embutidos, y se amasaba pan que se horneaba en el horno de la Carifa, situado en el callejón homónimo.

En 1951 Paca Pascual se casó con Juan Quirós Romo y se mudó a vivir a calle Carreras 1, donde montó su propia tienda. Su madre murió en 1954, pero la tienda de la calle Coperas siguió abierta y gestionada por el padre (Pascual) y el resto de hermanas.

La nueva tienda de Paca Pascual de calle Carreras 1 funcionaba como carnicería, vendiendo carnes y elaborando chacinas y embutidos, aunque también vendiendo otros productos de alimentación. En sus inicios solo se mataban regularmente cabras y chivos, cerdos ocasionalmente y ternera en época de feria. La economía de trueque era moneda de cambio: quienes tenían un animal en los campos, lo entregaban para matanza y se llevaban de la tienda su valor en otros productos.

La carnicería, que ocupaba el emplazamiento actual en la calle Carreras, tenía un sótano donde se hacían las matanzas y dos habitaciones en la parte superior donde vivía la familia.

Hacia los años 60, el marido (Juan Quirós Romo) empezó a llevar productos elaborados para la venta a la Línea de la Concepción, por lo que en la carnicería siempre han estado las mujeres trabajando: además de la propia Paca Pascual, otras como Aurora, María Jiménez, María La Serrana, María López, Ana La Barrosa, etcétera.

En 1962 esta carnicería amplió sus instalaciones incorporando la antigua posada Cancho, situada en calle Camachas número 5, pero la tienda principal continuó en su mismo emplazamiento de calle Carreras.

Paca Pascual atendía en la carnicería siempre, aunque también hacía la morcilla de chivo. Estuvo trabajando en esta tienda hasta el día de su muerte, el 31 de mayo de 1990. De esta carnicería se hizo cargo su hijo Cosme y, tras la jubilación de este, su hija Berta, nieta de Paca Pascual.

Isabel Sánchez Galiano

Nació en Casares en 1920. Cuando su madre enviudó quedando a cargo de seis hijas, montó una tienda en la calle Carreras para sacar adelante a la familia. Isabel era la mayor de todas ellas y, además de cuidar de las hermanas, ayudaba a la madre en la tienda.

Se casó con José León, recovero, que trabajaba vendiendo por los campos la carne y embutidos de los cerdos que mataba, por lo que, conociendo la trayectoria comercial de la madre, montaron una tienda propia. Empezaron vendiendo avíos salados del cochino (corteza, tocino, costilla, huesos, etc) y poco a poco fueron prosperando.

Isabel Sánchez Galiano fue una persona solidaria, pues en su casa se cocinaba comida a diario para que fuese repartida por sus hijas a las personas necesitadas del pueblo. Era un mujer alegre y cariñosa, aunque sumisa y sometida por la sociedad machista de la época.

Josefa Ocaña Valadez

Conocida como Pepa La Mirla, apodo que le viene de familia –Los Mirlos-, tenía una tienda de frutas y verduras que montó en la entrada de su propia casa, en la calle Arrabal. Aunque no sabía leer ni escribir, iba a Estepona en burro y regresaba cargada de la mercancía que después vendía. Estuvo en funcionamiento hasta finales de la década de 1970.

Juana Pérez Mora

Conocida como Juana Pérez, nació en Casares el 16  de febrero de 1933. Tenía una tienda en la calle Camachas 78, frente a su casa, donde vendía de todo. Empezó a funcionar a los 3 o 4 años de estar casada, vendiendo en el pueblo todo lo que su marido, recovero, vendía también por los campos. Como muchas tiendas similares, siempre estaba abierta y en ella se fiaba a la clientela, lo cual sirvió de sustento en aquellos tiempos de necesidad. Estuvo abierta 36 años.

Juana Ruiz Ruiz

Era conocida como Juanita La Bartola, apodo que le viene de los nombres de su padre, hermano y sobrino. Casada con Manuel Léon Macías, enviudó a los 21 años, cuando su marido falleció víctima de la epidemia de gripe de 1918. Para sacar adelante a su hijo José (José León Ruiz), montó una pequeña tienda de comestibles en la calle Carreras. Como complemento, cuando la cerraba llevaba pienso y agua a las gallinas que criaba debajo del muro de la calle Carreras.

No sabía leer ni escribir. Durante la Guerra Civil, su hijo fue movilizado para incorporarse al ejercido sublevado, aunque salió ileso. Guardó luto por su viudez hasta que falleció a los 87 años.

Valentina Sánchez Ledesma

Nacida en Casares el 24 de marzo de 1933, fue una mujer autodidacta y muy emprendedora, que inició varios negocios. Empezó vendiendo helados artesanales con la colaboración de su marido, quien iba a Jimena de la Frontera para traer los bloques de hielo. Montó también una tienda de comestibles y chacinas que elaboraba ella misma; iba andando hasta los Molinos camino de los Baños de la Hedionda para lavar las tripas del cerdo con las que las elaboraba. También tuvo un bar en el local que ocupa actualmente la pescadería de Casares, en la calle Carreras. Finalmente tuvo una mercería, donde vendía productos hechos a mano por ella misma y por su marido, que siempre le acompañó en los negocios que emprendía.

Próximamente

Ana La Gaucina, Ani La Ventanera, Carmen Lazo, Encarna, Isabel Mora, Juana La Casqueta, Juana Vázquez, La Pola, María Gorrina, María Lazo, Paca Pascual, Pepa Guerrero, Pepa La Blanquita, Virtudes, etc.

Si tiene nuevos datos que puedan contribuir al proyecto, puede ponerse en contacto con la Delegación de Igualdad del Ayuntamiento de Casares en el teléfono 952 895 519 o por correo electrónico en la dirección casaresvalemas@casares.es